Inicio

30 de mayo de 2013

Ecología y política: cómo salir de la crisis

Ecología y política: cómo salir de la crisis

Víctor M. Toledo


Si estamos inmersos en una crisis de civilización, tesis formulada hace dos décadas hoy casi unánimemente aceptada, las vías para superarla no pueden venir sino de posiciones críticas inéditas, construidas desde nuevas epistemologías, y que conllevan una praxis política totalmente diferente a la asumida por los movimientos de vanguardia, incluyendo los más avanzados. Hasta donde alcanzo a mirar, la única corriente que logra realizar una crítica completa a la civilización moderna es aquella que, sin proponérselo, se finca en lo que podemos denominar una ecología política. Esta parte de un principio formulado en la década de los setentas por G. Skirbekk (Ecologie et marxisme, L’Espirit, 1974): la transformaciones sociales ya no pueden explicarse a partir de la contradicción entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, sino entre esas y las fuerzas de la naturaleza.

Cuarenta años después, la humanidad se enfrenta a una crisis múltidimensional de entre las cuales la crisis ecológica, representada por el calentamiento global y su conjunto de secuelas climáticas, es sin duda la más amenazante y peligrosa y, por tanto, la que requeriría de la mayor atención. Esta amenaza, que pone en entredicho todo el andamiaje de la civilización industrial, requiere repensar los principales postulados y valores del mundo actual, pero centralmente cuatro, para: 1) saber coexistir con la naturaleza y sus procesos en todas las escalas; 2) vivir sin petróleo y los otros combustibles fósiles (que son la causa principal del desbalance climático); 3) construir el poder social como contrapeso al poder político y al poder económico (lo cual supone entre otras cosas decir adiós a los partidos políticos, a los bancos y a las gigantescas corporaciones) y, en íntima aleación con lo anterior, 4) salir del capitalismo. Estos cuatro objetivos se hallan ineludiblemente conectados y están recíprocamente condicionados.

La percepción inmediata, lo que la piel de un individuo registra cuando hablamos de capitalismo, es aquella representación de una maquinaria gigantesca, global, inconmensurable, imposible de detener y todopoderosa, que lo tritura y lo arrasa todo. Y sin embargo, su presencia en el mundo globalizado de hoy no es ni total ni absoluto. Por el contrario, existen fisuras, islas, burbujas, tendencias a contracorriente que no sólo existen, sino que crecen sigilosamente por todo el mundo al ritmo en que la crisis de civilización se hace más presente. Boaventura de Sousa Santos le ha llamado la globalización contrahegemónica. Esto tiende a ser ocultado por los medios de comunicación de masas (televisión, prensa, radio), porque conlleva un muy alto valor subversivo. Salir del capitalismo es un imperativo para la supervivencia de la humanidad, de la vida y del planeta.

Construir el poder social supone organizar en la vida cotidiana la emancipación civlizatoria. Casi cada institución procreada bajo la lógica del capital puede hoy ser confrontada por instituciones alternativas, las cuales requieren de una sencilla fórmula secreta: resistencia y organización social en plena solidaridad y alianza con la naturaleza. Frente a las empresas y corporaciones existen las cooperativas donde no hay patrones, sólo socios. Frente a los bancos (basados en la usura) aparecen las cajas de ahorro y los bancos ciudadanos. Frente a la producción agroindustrial de gran escala la pequeña producción familiar o comunitaria fincada en la agroecología. Frente a la circulación desbocada de las mercancías las redes de intercambio directo y en corto entre productores y consumidores, y la autosuficiencia local, municipal, regional. Frente a los megaproyectos los diseños de pequeña escala. Frente a la especulación financiera, la creación de monedas alternativas y el trueque. En fin, frente a una racionalidad basada en el individualismo, la competencia y la acumulación de riqueza material, una ética fundada en la solidaridad, la reciprocidad, el bien colectivo y la supervivencia de la especie.

Pero hay algo más. Debemos al pensador franco-austriaco André Gorz una reflexión iluminadora, que confirma que esos procesos emancipadores se ven facilitados por la propia crisis del capital. En su artículo, el último de su vida, La salida del capitalismo ya comenzó ( Revue de Ecologie Politique, 28/10/08) establece que el asunto no es si estamos frente al fin del capitalismo, sino si su salida será por una vía bárbara o civilizada. Tres tesis fundamentan su idea. El capitalismo no sobrevive por la crisis ecológica y porque para su reproducción requiere ya de una economía ficticia, la especulación financiera, que es la mercantilización de lo que viene… pero que no existe. La tercera afirma que la innovación tecnológica (informática, telecomunicaciones, geomática, etcétera) abre las puertas a procesos de producción, circulación y consumo no controlables, que atentan contra el monopolio, la propiedad privada y las patentes. La autoproducción induce circuitos y canales ciudadanos o sociales, autonomía, autosuficiencia y autogestión.

Si usted puede producir en su casa o en su taller un disco, una película, un instrumento, un servicio o un producto e insertarlo en el mercado; generar sus propios alimentos, su agua y su energía, o bien organizar con otras familias o socios una red, una cooperativa o una pequeña empresa; si su familia puede sobrevivir sin dinero, sin usar los bancos, sin creer en los partidos políticos, y además tiene conciencia social y ambiental, ¡enhorabuena!, usted es un militante de lo contrahegemónico, llámese sustentabilidad, descrecimiento, buen vivir o eco-socialismo. Usted está contribuyendo a salir de la crisis. Y como usted hay millones haciendo lo mismo, y millones que buscan hacerlo. Eso lo veremos en una próxima entrega.

www.laecologiaespolitica.blogspot.com

25 de enero de 2013

México: Huelga de hambre contra el maíz trangénico


México: Huelga de hambre contra el maíz trangénico



Carta de la Unión Nacional de Organisaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA)

(Carta al pueblo y gobierno de México: Manifiesto del Maíz: NO al Maíz transgénico)

Ciudad de México, 21 de enero de 2013

APRECIABLE COMPAÑERO(A):

Este miércoles 23 de enero iniciaremos una etapa de lucha contra la siembra de maíz transgénico en nuestro país, consistente en un ayuno colectivo en el Ángel de la Independencia. Nos plantaremos en ese simbólico lugar un grupo de dirigentes nacionales de nuestra organización procedentes de más de 20 estados de la república.
En ese acto de mortificación voluntaria del propio cuerpo como manifestación cívica, también recordaremos a los cerca de 30 millones de compatriotas que cada día no encuentran alimento suficiente para llevar a sus bocas.

Queremos llegar a las mentes y los corazones de la gente de México y el mundo para compartir nuestra preocupación por la salud, la cultura y la economía de nuestra nación, deterioradas por un modelo de desarrollo que favorece a una minoría, incluidas las empresas trasnacionales que ahora conspiran para apoderarse de una de las mayores riquezas de nuestros pueblos: el maíz.

Queremos expresar nuestra indignación ante el enorme atropello que significaría la aprobación de la siembra comercial de maíz transgénico en México y demandamos que el gobierno federal considere los intereses de los campesinos y la mayoría de los productores mexicanos por encima del poder de las empresas trasnacionales. Tras su visita oficial a México en 2011, el Relator Especial de Naciones Unidas para el Derecho a la Alimentación, Olivier de Schutter, recomendó al gobierno de Calderón suspender la experimentación con maíz transgénico, tanto por su impacto sobre los derechos de los agricultores y sobre la biodiversidad, como por la importancia del maíz en la dieta y la cultura de los mexicanos. El gobierno ignoró la recomendación.

No es éste un asunto sólo de campesinos. La invasión de maíz transgénico impactará a todas las personas como consumidores y agravará las lamentables condiciones de dependencia alimentaria que ya padece el país. Pedimos a usted, con todo respeto, se una a nuestra lucha mediante un ayuno solidario de un día, acudiendo a este plantón o desde el ámbito donde se desenvuelve, manifestando públicamente su respaldo a este movimiento, mediante un mensaje a nosotros o dándolo directamente a los medios de información. Agradeceremos enormemente su atención a la presente.

COORDINADORA NACIONAL

Contactos:

Olegario Carrillo (52 644 1342707),
Rogelio Alquiciras (52 55 1938 8249),
Susana Nava (52 644 111 1172),
Alberto Gómez (52 55 4177 7846),
Alfredo Acedo (52 55 3943 0712)

Contactos para enviar carta de apoyo:

Enrique Martínez, SAGARPA: enrique.martinez@sagarpa.gob.mx
Juan José Guerra, SEMARNAT: c.secretario@semarnat.gob.mx
Enrique Sánchez, SENASICA: directorenjefe@senasica.gob.mx
UNORCA Nacional: unorcacontratransgenicos@gmail.com
LVC Maiz Mexico: viacampesina.maiz.mexico@gmail.com
Correo Ilustrado: svaladez@jornada.com.mx
Angela Enciso: aenciso@jornada.com.mx
LuisHernandez: lnavarro@jornada.com.mx
editor.agencia@eluniversal.com.mx
guardia@eluniversal.com.mx
nacional@reforma.com


Leer mas artículos sobre este tema
:

Manifiesto del Maíz: No al Maíz transgénico


México, policías anti-motines frente al Ángel de la Independencia

Ver una vídeo :

México, Alberto Gomez "somos hijos del maíz"


--
La Via Campesina
Via Campesina is an international movement of peasants, small- and medium-sized producers, landless, rural women, indigenous people, rural youth and agricultural workers. We are an autonomous, pluralist and multicultural movement, independent of any political, economic, or other type of affiliation. Born in 1993, La Via Campesina now gathers about 150 organisations in 70 countries in Asia, Africa, Europe, and the Americas.
Follow us on facebook | twitter | vimeo
Siganos en facebook| twitter | vimeo
Suivez nous sur facebook | twitter | vimeo
International Operational Secretariat:
Jln. Mampang Prapatan XIV no 5 Jakarta Selatan, Jakarta 12790 Indonesia

Demandan grupos sociales la renuncia de Simón Neuman

Demandan grupos sociales la renuncia de Simón Neuman

Su nombramiento al frente de la Seduvi, nuevo golpe a los bienes del DF, señalan
Es accionista de las empresas Baita y Debka, acusadas de violar leyes y reglamentos

Laura Gómez
Periódico La Jornada
Viernes 25 de enero de 2013, p. 37
 
Por considerar que incurren en un conflicto de intereses, integrantes de organizaciones ambientalistas y vecinales exigieron la renuncia del titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda (Seduvi), Simón Neumann, accionista de las empresas Baita y Debka, señaladas de violar leyes y reglamentos diversos.

Con pancartas en las que se leía: No a los cárteles inmobiliarios en la Seduvi y Casas GEO importe X pago a los proveedores. Rata, los demandantes denunciaron que nos encontramos con un nuevo golpe, una amenaza a los bienes comunes del Distrito Federal con su nombramiento.

La política de vivienda y desarrollo urbano, argumentaron, no puede estar en manos de un connotado y exitoso empresario inmobiliario. ¿El lobo al cuidado de las ovejas?, dejando de lado a organizaciones sociales y a las delegaciones.

Arnold Ricalde, de Organika; Eduardo Farah, de Espejo de Polanco; José Arias, del Pacto de Grupos Ecologistas, y Miguel Valencia, de Ecomunidades, señalaron que con el apoyo de altos funcionarios del gobierno de la ciudad, las grandes empresas inmobiliarias han operado con creciente descaro en los años recientes.

La modificación de los planes parciales de desarrollo en su favor ha provocado que la construcción de la supervía urbanizara la sierra de Las Cruces, Tarango y las barrancas; y con la línea 12 del Metro, los campos agrícolas del sur-oriente y las sierras de Santa Catarina, Nevada y Chichinautzin.
 
Foto
 
Grupos ambientalistas demandaron la renuncia de Simón Neumann Ladenzon, titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda, por incurrir en conflicto de interesesFoto Carlos Cisneros
Además, la expansión desquiciada de Santa Fe hacia el Desierto de los Leones; la destrucción de las barrancas de Álvaro Obregón, la creación de un sobresaturado nuevo Polanco, la construcción de grandes torres en el poniente y en el pueblo de Xoco, y la virtual privatización del Bosque Chapultepec, agregaron.

Añadieron que la modernización impulsada desde la visión de las grandes empresas ha tenido por objeto “afectar a los actuales vecinos, maximizar ganancias del gobierno y crear empleo degradado, walmartizado y esclavizante, de alto riesgo, mediante la devastación de la ciudad”.
El actual gobierno va por el mismo camino. Los días 30 y 31 de enero les presentará el programa de Desarrollo Urbano para que inviertan, dejando saldo a las organizaciones sociales y a las delegaciones, y poniendo en riesgo el futuro de la ciudad, advirtieron.

Por ello exigieron la remoción inmediata del funcionario, que incurre en un conflicto de intereses, y nombrar una persona con trayectoria reconocida en materia de urbanismo, sustentabilidad y ecología. Al final de la conferencia llamaron a las diversas organizaciones a sumarse a la lucha por la defensa social.

Protesta por el nombramiento de Simón Neumann‏


23 de enero de 2013

Responsabilidad gubernamental y académica en la accidentalidad en las carreteras, vías rápidas, calles y avenidas.

Responsabilidad gubernamental y académica en la accidentalidad en las carreteras, vías rápidas, calles y avenidas.
 

Celebro que las televisoras, radiodifusoras y periódicos por fin se ocupen un poco en los últimos meses de la escandalosa cifra anual de muertos, discapacitados, minusválidos y daños materiales producida por los accidentes en el transporte, proceso siniestro que hemos denunciado por más de 15 años. No obstante, en sus reportajes hay que deplorar que únicamente se ocupen de responsabilizar de esta calamidad social a los choferes o conductores del transporte, o a los ciclistas o a los peatones. Omiten señalar que la responsabilidad principal de los accidentes está en quienes diseñan o gestionan el sistema de transportes; olvidan reconocer la gran cantidad de fallas de seguridad que tienen las carreteras, vías rápidas, calles y avenidas de nuestro país; silencian el hecho de que los reglamentos, las normas, las políticas y las leyes de transporte, de desarrollo urbano y del medio ambiente tienen enormes deficiencias. Los accidentes en las carreteras y en la ciudad tienden a repetirse en los mismos lugares y bajo ciertas circunstancias muy previsibles; las reparaciones de las infraestructuras se hacen habitualmente con el mayor de los descuidos. Los vecinos y los conductores se pueden quejar mil veces que sus reclamos tienen muy pocas posibilidades de ser escuchados por las autoridades, ya que están blindadas por la impunidad que caracteriza al Estado mexicano. Esta gran insensibilidad gubernamental tiene raíces profundas.

 
Los accidentes en carretera o en el transito urbano superan a las guerras en mortalidad y otros daños; son la principal causa de muerte no natural y la primera causa de muerte, incluida la natural, en el tramo de edades entre los 16 y los 28 años; son la primera causa de minusvalías y discapacidades; sin embargo, la mentalidad automovilística(El Volante), dominante en los gobiernos y las universidades, ha legitimado o logrado la aceptación social de esta terrible matanza y estos enormes daños sociales. El tráfico de automóviles constituye en sí mismo una situación de peligro para las personas y sus bienes, porque consiste en el movimiento de vehículos de gran masa que se desplazan a través de zonas habitadas a velocidades a las cuales el organismo humano no puede recibir impactos o colisiones con otros cuerpos sin sufrir serios daños, porque no está naturalmente adaptado para resistir tales impactos. Ha sido el conjunto de intereses ligado al automóvil quien ha creado en universidades y gobiernos un cuerpo de doctrina de Seguridad Vial que defiende la existencia de lo indefendible: su muy elevada peligrosidad intrínseca.Esta absurda doctrina gubernamental de Seguridad Vial está detrás de la incriminación en los medios de las víctimas del sistema de transportes: el conductor del vehículo, el ciclista y el peatón. Además, si un árbol, un edificio o un puente “causan” accidentes, la “solución”siempre consiste en talar el árbol, derruir el edificio o sustituir el puente. Esta insensibilidad de la mentalidad automovilística, encuentra en hoy en día en México su castigo: la multiplicación de accidentes en los que pesados trailers y tortons aplastan automóviles como si fueran cucarachas.

 
Un aspecto fundamental de la doctrina gubernamental de Seguridad Vial está en que evita visibilizar a la causa principal de la accidentalidad del transporte: la velocidad excesiva del transporte, que se ha convertido en la causa directa o complementaria de cerca de dos tercios de los accidentes del transporte carretero o de ciudad. Estudios internacionales han mostrado reiteradamente la importancia de los límites de velocidad. Los articulistas estiman que la reducción del límite de velocidad en carreteras desde los 100 a los 90 kph, y en zonas urbanas de 60 a 50 kph, el número de muertos y heridos podría descender hasta en una tercera parte. El establecimiento de un límite de velocidad de 30 kph en la ciudad de México, no sólo tendría un efecto muy benéfico en el aspecto de la reducción radical de la cifra de muertos, discapacitados, minusválidos y daños materiales, también, en la reducción de los tiempos diarios de transporte, de consumo de gasolina y diesel, de contaminación del aire y de muertos y enfermos por la mala calidad del aire. La velocidad de 30 kph es la velocidad óptima del transporte en la ciudad, como lo demuestran muchos estudios internacionales.




--
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!
Blog: http://red-ecomunidades.blogspot.com/
Blog: Decrecimiento-Descrecimiento Mexico: http://decrecimientomexico.blogspot.mx

¡Todos somos ratas de laboratorio!

¡Todos somos ratas de laboratorio!


 
 
Viernes 18 de enero de 2013
 
Víctor M. Toledo

En su aclamado libro sobre la historia ambiental del siglo XX, publicado en el año 2000, J. R. McNeill concluyó que el mundo, y por supuesto los seres humanos, estaban viviendo un gran experimento sin control. En realidad el historiador estadunidense lo único que hacía era documentar con un detallado alud de estadísticas lo que otros pensadores como Erich Fromm, Edgar Morin y Arthur Koestler habían advertido años atrás. En especial, este último, uno de los gigantes del pensamiento crítico del siglo pasado, había señalado en su obra The ghost in the machine (El fantasma en la máquina, 1967) que el mundo se dirigía hacia el colapso (la era clímax, le llamó), con todas las curvas de los indicadores disparados hacia el cielo. McNeill derivó su conclusión del crecimiento exponencial, aparentemente indetenible, de la población humana, las ciudades, el uso de la energía, los minerales y el agua, la contaminación industrial, el PIB global y otros indicadores.
En plena consonancia con esta idea del mundo convertido en laboratorio, y posiblemente sin conocerla, el microbiólogo francés G. E. Seralini dio a conocer el año pasado su libro Todos somos ratas de laboratorio, apenas unos días después de haberle mostrado al mundo los enormes tumores de los riñones e hígado de las ratas alimentadas por dos años con el maíz transgénico producido por la compañía Monsanto (ver: www.ogm-alerte-mondiale.net), la misma que ha hecho todo lo posible por introducir su cereal genéticamente manipulado en la cuna del maíz, es decir, en México. Todo indica que Seralini se sacó el tremendo título de una sencilla extrapolación: dada la expansión de los cultivos transgénicos por todo el planeta, y especialmente la del maíz, los seres humanos estamos siendo utilizados como ratas de laboratorio por las gigantescas corporaciones y por los científicos que trabajan en ellas y para ellas, y cuyo objetivo final es el lucro. Tan sólo en 2012, Monsanto facturó 14 mil millones de dólares y tuvo ganancias por unos 2 mil 600 millones de dólares.

El experimento sin control tiene dos poderosos motores, alimentados por un mismo impulso. Uno es económico, el otro cognitivo. Uno se llama capitalismo, al otro le denominan ciencia. Entre la ambición desbocada del mercader y la insaciable sed por conocer del investigador hay pocas diferencias. Ambas obedecen a los mismos impulsos de control y poder. Poder sobre la competencia y control sobre la naturaleza o viceversa. La ceguera humana en los actores modernos convertidos en piezas especializadas de una gran maquinaria se ha vuelto invisible. El resultado de combinar estas dos acciones, en las que el lucro mueve al cada vez más poderoso aparato de conocimiento, es explosivo: cada vez el mundo se convierte más y más en un inmenso experimento sin control. ¿Evidencias? Permítanme señalar algunas de las más notorias. Cada año los autos matan a un millón de ciudadanos y dejan heridos a entre 20 y 30 millones; cada año se construyen más autos. Sólo en Europa existen 40 mil sustancias potencialmente tóxicas que no han sido analizadas. Mientras tanto, los casos de cáncer que aparecen a un ritmo de 13 a 14 millones al año van en aumento (http://globocan.iarc.fr/factsheets/populations). En Sudamérica el mar de soya transgénica ha reducido la variedad de paisajes, vegetaciones y biodiversidad de 47 millones de hectáreas (la cuarta parte de México) de cinco países en un monótono terraplén de una sola especie. Por el cambio climático los glaciares de todo el mundo (Himalayas, Alpes, Andes, etcétera) se reducen día a día y amenazan con dejar sin agua los principales ríos que riegan las áreas con los alimentos de más de mil millones de seres humanos. Un suceso ampliamente festejado simboliza la vigencia del experimento: el 20 de mayo de 2010 la revista Science publicó una noticia considerada histórica: el científico Craig Venter y su equipo de investigadores crearon un genoma totalmente artificial en un laboratorio. Venter patentó de inmediato la que llamó la primera forma de vida creada por el ser humano, y la bautizó como Mycoplasma laboratorium. ¡Hoy, como si fuera un dios, el supermono crea la vida, y de inmediato la convierte en mercancía!

¿Se detendrá el experimento? No en el corto plazo. Hoy decenas de millones de ciudadanos pertenecientes al grupo de los BRICS (Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica) son preparados, aleccionados, entrenados para unirse de la manera más dócil posible al experimento. Otros países le siguen: más energía, minerales, agua, concreto, plástico, vidrio, tecnología, transporte. La velocidad a la que estos nuevos depositarios del progreso adquieren los niveles de confort anhelados es aún mayor al ritmo en que lo lograron Europa, Japón o Estados Unidos. Éstos padecen dramáticamente una crisis irresoluble por haber buscado y alcanzado justamente esos estándares de despilfarro. Las cifras conmueven. A finales de 2012, Estados Unidos era una sociedad en bancarrota: su gobierno federal, estatales y locales, sus hogares y sus empresas financieras, deben 55.3 billones de dólares. A la gigantesca deuda se agregan millones de desempleados y el estancamiento de los salarios. Mientras tanto en Europa las fiestas navideñas no dejaban de ocultar que 18.8 millones de personas de 17 países buscaban trabajo. Y el experimento no se detiene por una simple razón. Hay un sector, que representa a menos del uno por ciento de la población, humana que se beneficia de él. De acuerdo con Bloomberg, en 2012, de los 100 hombres más ricos del mundo sólo 16 perdieron; el resto ganó, y mucho. C. Slim, B. Gates, A. Ortega, W. Buffet y otros 80 incrementaron sus fortunas en 182 mil 800 millones de dólares. En su fase megamonopólica, el capitalismo sigue dando buenos resultados, aunque sea a cada vez menos.

En el libro arriba citado, A. Koestler hizo notar que además del conjunto de curvas ascendentes, explosivas y exponenciales, había otra serie de curvas que descendían tanto como aquéllas subían. Él las llamó las curvas de la ética. Yo las llamaría las curvas de la sabiduría: las curvas de la moral social, la ética individual, el espíritu cooperativo, la solidaridad, la prudencia, el arte de tolerar, la amistad, la compasión. Ello define la conciencia de especie. Sólo enderezando estas curvas dejaremos de ser lo que la mayoría no se atreve a aceptar: simples ratas de un laboratorio planetario.

Para Emily (1928-2013), quien nos enseñó a vivir con dignidad, a pesar de todo

Acción frente a SEDUVI este jueves 24

Acción frente a SEDUVI este jueves 24
 

Consideramos el cambio en el uso del suelo como uno de los factores centrales de la degradación del Medio Ambiente y la destrucción del tejido social. Rechazamos por lo tanto el nombramiento del Ing. Simón Neumann como titular de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda del DF, SEDUVI, y en consecuencia convocamos a la realización de un plantón frente a esta secretaría el jueves 24 de enero, a partir de las 12 del día. Queremos invitarlos a participar en este plantón que servirá para presentar ante los medios el pronunciamiento que sobre Simon Neumann han suscrito personas y organizaciones de diversos sectores sociales. La SEDUVIse encuentra en Insurgentes Centro y Sullivan, colonia San Rafael, frente al Monumento a la Madre.
 

¡NO A LOS CÁRTELES INMOBILIARIOS EN LA SEDUVI!
 

Adriana Matalonga de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México; Arnold Ricalde de Organika AC; Bernardo Benítez del Movimiento Ciudadano Ya Basta; Arq. Fernando Gil; Daniel Gershenson de ALARBO; Eduardo Farah de Espejo Polanco; Eduardo Rincón de la Asociación Nacional de Energía Solar AC; Josefina Mena Abraham del Grupo de Tecnología Alternativa SC;José Arias Chávez del Pacto de Grupos Ecologistas y la Asociación de Tecnología Apropiada AC; Miguel Valencia de ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México; Yessica Ameyalli Acuña Herrera de Ecologistas por la democracia.

18 de diciembre de 2012

La pérdida de las capacidades humanas inducida por los transportes


La pérdida de las capacidades humanas inducida por los transportes
Presentación en la plenaria del Encuentro Ivan Illich del 14 de diciembre de 2012, en Cuernavaca

Cada año, el territorio donde vivo (la Cuenca del Valle de México), se altera con mayor rapidez. Veo crecer no sólo mi ciudad sino todas las ciudades de México, y aún las de los países poderosos que tienen población en decrecimiento. Desde que se introdujo la máquina de vapor hace más de doscientos años, todo camina en el mundo, hasta las mismas rocas, los montes, los ríos, las casas, los edificios, los pueblos, las ciudades, y los bosques, como aquel famoso bosque en el Macbeth de Shakespeare: No alces la cabeza, rebelión, hasta que camine el Bosque de Birnam. Todo se mueve a mí alrededor todos los días, casi imperceptiblemente, a velocidades diferentes.  El paso diario de los transportes cambia continuamente el paisaje: aumentan las personas que se transportan, las unidades de transporte que transitan por mi comunidad.  Aumenta la superficie pavimentada o urbanizada; aumentan el número y la altura de los edificios que me rodean; aumenta el volumen de carga; aumenta la velocidad puntual, ocasional, de los transportes. El transporte mueve, disloca, cambia todo lo que está en su cercanía y altera el paisaje rural y urbano. Cambian los usos del suelo. El transporte disloca o deporta a las personas, expele las cosas y también disloca el tiempo de nuestra vida.

El culto a la velocidad es el símbolo que organiza a los transportes y crea el Espectáculo de la Velocidad. La velocidad que envejece al mundo se ha vuelto un nuevo absoluto. Hoy nacemos sólo para movernos. Sin embargo, el Espectáculo de la Velocidad, la apariencia de velocidad, no es realmente la velocidad que nos gustaría tener. En el libro Energía y Equidad, (1973), Ivan Illich nos descubre, por medio de la noción de la “velocidad generalizada”, lo que ocultan la industria, los gobiernos y las universidades, de la siguiente manera “el varón americano típico consagra mas de 1,500 horas por año a su automóvil: sentado en él, en marcha o parado, trabajando para pagarlo, para pagar la gasolina, los neumáticos, los peajes, los seguros, las infracciones y los impuestos para la construcción de carreteras y los estacionamientos. Le consagra cuatro horas al día en las que se sirve de él o trabaja para él. Sin contar con el tiempo que pasa en el hospital, en el tribunal o en el taller o viendo publicidad automovilística ante el televisor… Estas 1,500 horas anuales le sirven para recorrer 10,000 kilómetros, es decir, 6 kilómetros por hora. Exactamente la misma velocidad que alcanzan los hombres en los países que no tienen industria de transporte. Con la salvedad de que el americano medio destina a la circulación la cuarta parte del tiempo social disponible, mientras que en las sociedades no motorizadas se destina a este fin sólo entre 3 y el 8 por 100.” Desde entonces sabemos que la velocidad no es sino la cara oculta de la riqueza; de la riqueza que la gran mayoría a la mayoría de la población transfiere a una minoría muy poderosa, el 1%.  

Con las vías de comunicación, se desnaturaliza no sólo el tiempo también el territorio. La civilización del automóvil aleja los lugares donde se realizan las grandes actividades humanas( la vivienda, el trabajo, las amenidades); arruina los comercios y los placeres de proximidad mientras nos impone la dictadura de un modelo urbanizador  adaptado a sus necesidades: el hombre ha quedado entonces al servicio de la maquina, del automóvil. Mientras más transportes circulan en el territorio menos valen socialmente las personas, menos belleza y amenidad tiene el paisaje que nos rodea.  Muere en el mundo la autonomía, aparece el desvalor de la persona, la familia y la comunidad territorial y desde luego de la Madre Tierra. La creciente cantidad de transportes que circulan por nuestras casas, banquetas, calles, jardines, camellones, parques, bosques y campos de cultivo; el aumento en la circulación de autos y camiones en las vías rápidas y las carreteras, multiplican las muertes y las discapacidades, especialmente paro los grupos vulnerables, como niños, jóvenes, mujeres y ancianos. Esta guerra de baja intensidad provoca más muertos y discapacitados que las guerras de gran intensidad como la de Iraq o las guerras civiles, como la de Libia o Siria.   

El mundo moderno deslocaliza tanto a los hombres como a los objetos y los hace intercambiables; se deporta a los  vecinos que residen en el centro de las ciudades hacia las afueras de las mismas; se desplaza a los campesinos fuera de sus tierras; se hace migrar a todas las poblaciones en la penuria económica hacia los países poderosos. Todos podemos inesperadamente ser desplazados de nuestra casa, calle, colonia, ciudad o país, por algún giro repentino, violento, típico de la mundialización: una vía rápida, una ampliación de carretera o una nueva línea del Metro, una célula de un cartel del narco, una crisis social, económica o política… La construcción de calles anchas, de bulevares y calzadas, de viaductos, periféricos, pasos a desnivel, distribuidores viales, segundos pisos, arcos viales, cortan, laminan, trituran el tejido urbano, hacen fuerte al crimen organizado, y pone todo lo que necesito cada día más lejos: puedo ir más rápido a Tlahuac con la línea 12 de Metro, pero los lugares a los que necesito ir que estaban cerca de mi colonia ahora empiezan a moverse hacia otras demarcaciones; cada año me cuesta más tiempo ir a visitar a los amigos en su casa o encontrar lo que busco cerca de casa. Cierto, el OXXO, el Walmart, y Bancomer y Banamex me quedan cada día más cerca, pero, desapareció mi antigua miscelánea, mi abarrote, mi panadería, mi tintorería, mi zapatero, mi carpintero, mis pequeños comerciantes; se fueron los antiguos vecinos y llegan unos nuevos que proyectan sus nuevos domicilios en otras colonias, ciudades o países.  Quienes viven cerca de los megaproyectos, quedan rodeados, “encapsulados” por grandes obstáculos: rodeos enormes, vallas, puentes y túneles peatonales; deben franquear grandes distancias para ir del otro lado de estas infraestructuras; los viajes que eran cortos se hacen largos; es más rápido ir más lejos que más cerca; frecuentemente es más rápido tomar una tangente que ir derecho al punto que quieren.  La esfera tecnológica mata a la esfera geográfica (social, política, cultural). El hombre consumista es un producto hidropónico: se cultiva fuera del suelo, vive en su auto o en una vivienda u oficina, a varios pisos sobre el suelo. Es mal visto ser con toda evidencia de un lugar. Las lenguas regionales y aun los acentos locales son poco aceptados o deslegitimados. La desterritorialización genera incomprensión y violencia. En la aldea global todo es igual, como los aeropuertos o las franquicias Mac Donalds; en ella se multiplican los llamados No lugares o lugares iguales en todo el mundo, o los lugares chatarra, o la “tierra de nadie”, como las vías del ferrocarril, los sumideros, las zonas industriales, los bajo puentes.

En México, sólo un 18% de sus ciudadanos utilizan regularmente el automóvil, no obstante, las ciudades están hechas para ellos(los trailers empiezan a desplazarlos). La opinión del automovilista pesa algo así como la opinión de diez ciudadanos sin automóvil, ya que consigue imponer las vías rápidas que necesita, eliminar los impuestos a las gasolinas, a los autos, a los estacionamientos: es un ciudadano “pesado”: hace surco por donde se desplaza. En cambio el peatón vive un mundo “del otro lado del parabrisas”, un mundo de alto riesgo, muy hostil que habitualmente debe, además, convertirse en “usuario del transporte público”.   El peatón y el usuario del transporte sienten toda la miseria, el sentimiento de abandono, impotencia, exclusión, pobreza “moralmente sentida”, desesperación, segregación que acompaña a su condición.  El sistema de transportes impone las peores humillaciones a la mayor parte de los ciudadanos. Según el libro Dans le miroir du passe, Ivan Illich, lanza en 1968, una severa crítica al economicismo dominante, que impone el transporte obligatorio para sobrevivir en la modernidad, con el concepto de desvalor que designa la pérdida… que no se podría estimar en términos económicos. Que el economista no tiene medio alguno para estimar lo que sucede a una persona que pierde el uso efectivo de sus pies porque el automóvil ejerce un monopolio radical   sobre la locomoción. De lo que se priva a esta persona no pertenece al dominio de la escasez. En el presente, para ir de aquí a allá debe comprar kilómetros-pasajero. El medio geográfico paraliza sus pies. El espacio ha sido convertido en una infraestructura destinada a los vehículos. ¿Esto quiere decir que los pies son obsoletos? Desde luego que no. Los pies no son “medios rudimentarios de transporte personal” como nos lo quieren hacer creer algunos responsables de las redes carreteras. Pero, sucede que, atascada en lo económico (por no decir anestesiados) la gente se ha vuelto ciega e indiferente a la pérdida inducida por el desvalor.

Las cuatro o cinco horas diarias que dedican al transporte la gran mayoría de las personas en el mundo, en buenos y malos trenes rápidos, suburbanos o de cercanías; en Metros o Metrobuses; en autobuses o camiones; en autos de lujo o económicos, equivalen aproximadamente a 1,400 horas al año en las que gastan en promedio la tercera parte de sus ingresos; sin embargo, en estas horas, normalmente no descansan, sufren mucha tensión o stress; no se educan, se embrutecen; no gozan, se aburren mucho; no ganan dinero, lo pierden miserablemente; viven los peores momentos de sus vidas y abandonan a su familia y a sus amigos. Podemos en este momento establecer las siguientes reglas: La Primera Regla: La Buena Vida o el Buen Vivir es inversamente proporcional al uso diario de transporte: mientras menos transporte diario más bienestar social, mas prosperidad. La Segunda Regla: El mejor transporte es el que no se usa o no se fabrica: el usó mínimo del transporte implica el beneficio máximo. Esto no significa que los transportes deban desaparecer totalmente; solo deben ser utilizados lo menos posible; se debe fijar un máximo de velocidad de 25- 30 kmh, que es la velocidad óptima de los transportes urbanos.  Las tres o cuatro horas diarias en las que utilizamos indebida pero obligatoriamente el transporte, son consecuencia de los grandes beneficios que estas horas de transporte le reportan a una minoría de la población, el 1% del que habla Occupy Wall Street y, también, de la colonización mental de la gran mayoría de la población. En efecto, la escuela, los medios y la publicidad y el consumo de la cotidianidad tecnológica, hacen posible que duren todavía los valores que conservan en el mundo las tres o cuatro horas que diariamente pierde miserablemente la gran mayoría de la población humana.


Miguel Valencia Mulkay.- ECOMUNIDADES, Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México  

La prosperidad sin crecimiento- Denmark: Small, Happy Prosperous Families -- In Contrast to U.S.




Denmark: Small, Happy Prosperous Families -- In Contrast to U.S.
by Marilyn Hempel / Jan Lundberg

According to the OECD 2012 world report on life satisfaction, Danes are the happiest people in the world.Editor's note: Marilyn Hempel's approach to equating happiness with low population size without out-of-control growth, plus equitable income levels, is simple and convincing. Some parts of the puzzle, such as stronger sense of community and safety in public without heavy policing, become more clear, as positive influences can be seen feeding upon each other. Following Ms. Hempel's article is a complementary report by Jan Lundberg (a Danish and Swedish name).
Have you ever tasted a freshly baked Danish pastry? It’s delicious—why wouldn’t the Danes be happy! Putting pastries aside (reluctantly), studies of the happiness of nations are always fraught with difficulties. How does one quantify such a nebulous term as happiness? Isn’t happiness an individual state of mind? As it turns out health, a balance of work and leisure, and a strong social support network continue to correspond highly with happiness.
Image
Sirens swim in Copenhagen's harbor and canals
Despite the difficulties associated with quantifying happiness, each year the Organization for Economic Cooperation and Development (OECD) unveils its report on life satisfaction in the developed world. Since it was founded in 1961, the OECD has strived to help governments design better policies for better lives for their citizens. Based on this experience, its 11 topics reflect what the OECD has identified as essential to well-being in terms of material living conditions (housing, income, jobs) and quality of life (community, education, environment, governance, health, life satisfaction, safety and work-life balance).
Once again, the United States failed to make the top 10 list of happiest nations in the world, while all the Scandinavian nations did. They all have small stable populations. The US has the highest population growth rate of any industrialized nation.

Denmark tops the OECD ranking with the most satisfied citizens. If one only glances at the numbers, the reason is not obvious. Denmark ranks no higher than fourth in any of the categories that appear to correlate strongly with overall satisfaction. Yet, in addition to the OECD, organizations such as the World Map of Happiness and the World Database of Happiness have consistently put Denmark at the top of their list of the world’s happiest countries.

* * * * *

Consider donating to Culture Change and Sail Transport Network today. Please make an online, secure donation by visiting http://www.culturechange.org/cms/content/view/13/82/ A tax-deductible donation in the form of check or money order can be sent to the address below, payable to "Culture Change/GVI". Thank you.

Culture Change
Publisher and Editor: Jan Lundberg,
independent oil industry analyst
P.O. Box 3387, Santa Cruz, CA 95063 USA
tel./fax: 1-215-243-3144
www.CultureChange.org

Las otras fallas de Peña Nieto ¡Fuera Peña Nieto de la presidencia de la República!


Las otras fallas de Peña Nieto ¡Fuera Peña Nieto de la presidencia de la República!

La revolución de los cercados

La provocación estaba montada desde muchos días antes del 1 de diciembre: se buscaba incitar, suscitar la violencia de los opositores. El cerco a San Lázaro fue impuesto con características muy por arriba de los antecedentes: vallas mucho más altas y largas, colocadas con mucho más días de anticipación. La enorme superficie urbana cercada entorno a San Lázaro y al Zócalo, los ejércitos que la protegían, la tecnología de seguridad “de punta” utilizada y el tiempo de su permanencia lanzaron un claro mensaje a los opositores de Peña Nieto: el gobierno que entra y el que sale no están dispuestos a permitir ninguna alteración al espectáculo político del 1 de diciembre y responderán con gran violencia a cualquier intento de hacerlo. Desde el primer día de gobierno debe quedar claro que hay una nueva política frente a los que no entienden que entramos en una nueva época: en adelante los cercados serán mucho más altos, largos, militarizados, tecnologizados y duraderos: serán mucho más sangrientas las respuestas a los opositores que pretendan atacarlos. Los cercados llegaron para quedarse desde el 11-S o 9-11. Los bienes comunes son ahora bienes privados. Al amanecerdel 1 de diciembre , la Policía Federal tenía listos a sus francotiradores cerca de San Lázaro. No es sorpresa que la mañana iniciara con heridos de gravedad, los que rápidamente se convirtieron en muertos de necesidad para los desinformados ciudadanos comunes, muy especialmente para los luchadores en la calle. Los nuevos muertos sirvieron para enardecer desde temprana hora a los luchadores contra la imposición, hartos de meses y años de provocaciones del Estado. La violencia extrema ejercida por los barones del dinero (Consejo Mexicano de Hombres de Negocios) sobre la sociedad mexicana, con el objeto de imponer en 2006 y 2012 a los súper policías Calderón y Peña Nieto, para facilitar el saqueo de los bienes comunes de nuestro país, dio nuevos frutos podridos este 1 de diciembre, los que se añaden a los cosechados en el sexenio de Calderón. Toda acción tiene una reacción en sentido contrario y de igual tamaño. A mayor violencia ejercida desde arriba de la sociedad, se corresponde con una mayor violencia ejercida desde abajo de la sociedad. El Estado procrea la violencia que necesita para sostenerse.

Consentir sin consentir

La esquizofrenia ha sido consustancial a la política moderna: la contradicción entre lo que se dice y lo que se piensa sobre los asuntos políticos. Consentir la presencia de Peña Nieto en la presidencia de la República sin consentir, en el fuero interno, su fraudulento origen, produce una tensión interna que conduce a un gran malestar corporal y al deterioro físico. Muy pocos mexicanos mostraron alegría en la calle por la llegada de Peña Nieto al poder, las calles del Centro Histórico permanecieron este sábado entre la desolación, el humo, los cohetones y la violencia, pero, también no fueron muchos los que manifestamos nuestra indignación por este hecho en la vía pública. La protesta pacífica fue desplazada por la violencia fabricada por el Estado. ¿Cuándo dejará de consentir la mayoría de los mexicanos la presencia fraudulenta de Peña Nieto en la presidencia de la República? ¿Hasta que se encuentren muy mal de salud? Otra de las causas de la obesidad.

De la diabetes al cáncer o al SIDA o viceversa.

El PRI y el PAN en el gobierno federal han competido en corrupción, ineptitud y sometimiento a poderes extranjeros (EUA). Cambian las formas de hacerlo, cada uno de ellos tiene su propio estilo, sin embargo, el resultado global no es muy diferente. Si llegara al poder, el PRD bien podría introducir en el gobierno federal un nuevo estilo de corrupción, ineptitud y sometimiento a poderes extranjeros, pero tampoco cambiaría mucho la situación. Hoy en día, el cambio de partido en el gobierno mexicano implica pasar de la diabetes al cáncer o al SIDA o viceversa. Con la legalidad vigente, sólo tenemos opciones infernales. Los acuerdos y tratados internaciones uniformizan la actuación de los partidos. El pensamiento único creado por la sociedad de los sistemas unifica la acción de los estados.

Los avatares de la política mexicana: la alternancia de los demonios partidistas

La Revolución Mexicana trató de imponer la No Reelección como una gran solución a nuestros problemas, pero, no fue sino hasta la salida de Lázaro Cárdenas de la presidencia de la República, y por su estrecha vigilancia, que logró imponerse en el Siglo XX este principio político en nuestro país. Sin embargo, la No Reelección implicó la reelección del mismo partido hasta el año 2000 (66 años de reelección partidista). En este largo período, el PRI tuvo el tiempo de recuperar al ancien regime porfirista, acabar con una buena parte de la riqueza natural de nuestro país y abrir nuestro país a la globalización. Al iniciar este siglo, comenzamos la alternancia partidista, con el PAN en el poder; desde entonces, de acuerdo con los resultados de 2012 a favor de Peña Nieto, reelegimos al mismo sistema aunque cambie el partido en el poder y aceleramos el proceso destructivo de la poca riqueza natural que nos queda. Para evitar los cambios que no le convienen al Imperio, la globalización ha tomado el control del Estado, por medio de tratados y acuerdos de Libre Comercio. Las reformas estructurales se imponen desde los lejanos centros del Imperio. ¿Para qué diablos nos sirve la alternancia de los partidos si no evita nuestra creciente dependencia? La diversificación industrializada, como la diferencia entre la Cocacola y la Pepsicola, resulta irrelevante. Las nuevas caras que reproducen los mismos viejos vicios en la política nos revelan que las bases políticas de México están equivocadas, nos las impusieron los extranjeros: estamos profundamente colonizados. El demonio peñanietista representa una nueva cara del Imperio y a sus necesidades del momento. México ha optado por los peores cambios desde hace más de siete décadas. La espuria legalidad que nos oprime impide frenar el desastre mexicano. Necesitamos otro tipo de cambios.

Las otras fallas de Peña Nieto: las imperdonables deficiencias de Peña Nieto en materia de ecología.

Aparte de las ya muy reconocidas deficiencias políticas, económicas y culturales de Peña Nieto, existen otras fallas que han sido muy poco detectadas por sus críticos: sus imperdonables deficiencias en materia de ecología y de sociología, consecuencia de la falta de un autentico movimiento ecologista en nuestro país. Este 1 de diciembre Peña Nieto lanza 13 grandes decisiones con relación a temas de gran importancia nacional, pero, no incluye en ellas una sola que tenga que ver con situación desastrosa de la ecología, del Medio Ambiente, de los Bienes Comunes en México. La presencia de Juan José Guerra Abud y del PVEM en la SEMARNAT, confirma la ignorancia e insensibilidad de Peña Nieto en materia de ecología y Medio Ambiente. Se olvida del alarmante deterioro de nuestros mares, ríos, bosques, selvas, suelos, acuíferos, biodiversidad. Omite la contaminación del aire, la espantosa pérdida de tiempo en el transporte cotidiano y el desbordamiento de la basura, en las ciudades; ignora la violencia intrafamiliar, escolar, laboral, vecinal. Se olvida totalmente del desorden climático que tanto daño nos ha hecho y nos puede hacer. Se olvida del Petróleo Extremo (extracción en aguas profundas o por medio de fracking) y los agrocombustibles que pueden resultar catastróficos en los próximos años y finalmente, se olvida que en el crecimiento económico se encuentra el origen de la mayor parte de nuestros males sociales y ecológicos e inclusive económicos.

¡Fuera Peña Nieto de la presidencia de la República!



--
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡Descrecimiento o Extinción!
Blog: http://red-ecomunidades.blogspot.com/
Blog: Decrecimiento-Descrecimiento Mexico: http://decrecimientomexico.blogspot.mx

18 de septiembre de 2012

ESTRECHA RELACIÓN ENTRE VIOLENCIA Y ESFUERZOS POR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO


ESTRECHA RELACIÓN ENTRE VIOLENCIA Y ESFUERZOS POR EL CRECIMIENTO ECONÓMICO


La búsqueda del crecimiento económico se ha convertido desde hace más de medio siglo en el objetivo principal de los gobiernos del mundo, muy por encima de cualquier otro objetivo; es el mantra de todos los días de los políticos modernos. Persistentemente, han alegado que el crecimiento económico produce empleos, salud, bienestar social y calidad de vida, entre otras fantasías que no corresponden con la realidad de los últimos 30 años, tanto en los países ricos como en países como México. A partir de 1975, de acuerdo a muy diversos estudios internacionales, el crecimiento económico o su simple persecución (se dan caídas del crecimiento y recesiones) ha provocado un desquiciamiento social y ambiental en virtualmente todos los países del mundo. El aumento de la violencia y el esfuerzo por lograr el crecimiento económico van juntos en México desde hace muchos años: mientras mayores son los esfuerzos para conseguir este crecimiento económico, por medio de: facilidades para la inversión extranjera, construcción de megaproyectos, reducción de impuestos a los mas ricos, privatizaciones, flexibilidad laboral, desmantelamiento de sindicatos y de prestaciones sociales, aumento en el gasto militar y de seguridad interior, mayor es el aumento en la violencia intrafamiliar, escolar, laboral y en la vía pública. El Libre Comercio ha favorecido principalmente a las actividades criminales, como el tráfico de armas, de personas, de narcóticos, de lavado de dinero. La violencia, al igual que la depredación ecológica, tiene su origen principal en el culto a los mercados, en los dogmas de la escasez, en el pensamiento económico dominante, en la religión de la economía y la finanza, promovida por las grandes universidades de EUA, por el Tec de Monterrey, el ITAM, el CIDE; mientras este pensamiento económico dominante no cambie seguirá en aumento la violencia en México y en el mundo. Las sociedades de crecimiento no pueden dejar de buscar el crecimiento, pues cuando entran en crecimiento lento o negativo se magnifican sus desgracias, como es el caso de México. Es necesario romper este dilema infernal, por medio de una política de descrecimiento (no confundir con decrecimiento involuntario), impulsado por una fuerte corriente política que ponga a la Naturaleza y a las culturas muy por encima de las consideraciones económicas.


Saludos


--
Miguel Valencia
ECOMUNIDADES
Red Ecologista Autónoma de la Cuenca de México
¡DESCRECIMIENTO O EXTINCIÓN! Acción frente al Pico del Petróleo y al Cambio Climático
Blog:
http://red-ecomunidades.blogspot.com/

¡Indígnense!


¡Indígnense! Stéphane Hessel- La Jornada Semanal
¡Indígnense!
Stéphane Hessel
Noventa y tres años. Es algo así como la última etapa. El final ya no está muy lejos. ¡Qué suerte poder aprovecharlos para recordar lo que fueron los cimientos de mi compromiso político: los años de resistencia y el programa elaborado hace sesenta y seis años por el Consejo Nacional de la Resistencia! A Jean Moulin le debemos, en el marco de este Consejo, la unión de todos los miembros de la Francia ocupada, los movimientos, los partidos, los sindicatos, para proclamar su adhesión a la Francia combatiente y al único líder que reconocía: el general Charles de Gaulle. Desde Londres, donde me había unido al general De Gaulle en marzo de 1941, supe que este Consejo había preparado un programa, que adoptaría el 15 de marzo de 1944 y que proponía para la Francia liberada un conjunto de principios y valores sobre los que se asentaría la democracia moderna de nuestro país.

Lectura pública en Barcelona. Foto: emmaosullivan
Estos principios y valores son hoy más necesarios que nunca. Todos juntos debemos velar por que nuestra sociedad sea una sociedad de la que podamos estar orgullosos: no esa sociedad sin papeles, de expulsiones, de recelo hacia los inmigrantes; no esa sociedad que pone en duda la jubilación, el derecho a la Seguridad Social; no esa sociedad donde los medios de comunicación están en manos de la gente pudiente: todo ello, cosas a las que no habríamos dado ningún crédito de haber sido los verdaderos herederos del Consejo Nacional de la Resistencia.
A partir de 1945, después de un drama atroz, las fuerzas presentes en el Consejo de la Resistencia emprendieron una ambiciosa resurrección. Recordémoslo, fue entonces cuando se creó la Seguridad Social tal y como quería la Resistencia, como su programa estipulaba: “Un plan completo de Seguridad Social cuyo objetivo sea garantizar a todos los ciudadanos los medios de subsistencia, en todos aquellos casos en los que no puedan procurárselos a través del trabajo”; “una jubilación que permita a los ancianos trabajadores finalizar sus días con dignidad”. Las fuentes de energía, la electricidad y el gas, las minas de carbón y los grandes bancos se nacionalizaron. Era esto lo que el programa preconizaba: “El retorno a la nación de los grandes medios de producción monopolizados, fruto del trabajo común, de las fuentes de energía, de las riquezas del subsuelo, de las compañías de seguros y de los grandes bancos”; “la instauración de una verdadera democracia económica y social, que implique la evicción de las grandes feudalidades económicas y financieras de la dirección de la economía”. El interés general debía primar sobre el interés particular y el reparto justo de las riquezas creadas por el mundo del trabajo, sobre el poder del dinero. La Resistencia propuso “una organización racional de la economía que garantice la subordinación de los intereses particulares al interés general, libre de la dictadura profesional instaurada a imagen de los Estados fascistas”, y el gobierno provisional de la República recogió el testigo.

¡Indignaos! en la plaza Catalunya, Barcelona
Foto: Caroline Bach
Una verdadera democracia necesita una prensa independiente; la Resistencia lo sabía y lo exigió: defendió “la libertad de prensa, su honor y su independencia con respecto al Estado, los poderes económicos o las influencias extranjeras”. Esto es lo que, desde 1944, todavía recogen las ordenanzas de prensa. Sin embargo, es esto precisamente lo que al día de hoy está en peligro.
La Resistencia apelaba a “la posibilidad efectiva de todos los niños de beneficiarse de la enseñanza más desarrollada”, sin discriminación. Sin embargo, las reformas propuestas en 2008 van en contra de este objetivo. Jóvenes profesores, a los que apoyo, han llegado al punto de negarse a aplicarlas y han visto cómo se reducían sus sueldos a modo de castigo. Se han indignado, “han desobedecido”, han considerado estas reformas demasiado alejadas del ideal de la escuela republicana, demasiado al servicio de una sociedad del dinero, un obstáculo para el desarrollo del espíritu creativo y crítico.
Son los cimientos de las conquistas sociales de la Resistencia lo que hoy se pone en tela de juicio.
El motivo de la resistencia es la indignación
Se atreven a decirnos que el Estado ya no puede garantizar los costos de estas medidas ciudadanas. Pero ¿cómo puede ser que actualmente no haya suficiente dinero para mantener y prolongar estas conquistas cuando la producción de riqueza ha aumentado considerablemente desde la Liberación, un período en el que Europa estaba en la ruina? Pues porque el poder del dinero, tan combatido por la Resistencia, nunca había sido tan grande, insolente, egoísta con todos, desde sus propios siervos hasta las más altas esferas del Estado. Los bancos, privatizados, se preocupan en primer lugar de sus dividendos y de los altísimos sueldos de sus dirigentes, pero no del interés general. Nunca había sido tan importante la distancia entre los más pobres y los más ricos, ni tan alentada la competitividad y la carrera por el dinero.

Foto: En la Plaza del Sol
El motivo fundamental de la Resistencia fue la indignación. Nosotros, veteranos de la Resistencia y de las fuerzas combatientes de la Francia Libre, apelamos a las jóvenes generaciones a dar vida y transmitir la herencia de la Resistencia y sus ideales. Nosotros les decimos: tomen el relevo, ¡indígnense! Los responsables políticos, económicos, intelectuales y el conjunto de la sociedad no pueden claudicar ni dejarse impresionar por la dictadura actual de los mercados financieros que amenaza la paz y la democracia.
Les deseo a todos, a cada uno de ustedes, que tengan su propio motivo de indignación. Es un valor precioso. Cuando algo te indigna como a mí me indignó el nazismo, te conviertes en alguien militante, fuerte y comprometido. Pasas a formar parte de esa corriente de la historia, y la gran corriente debe seguir gracias a cada uno. Esa corriente tiende hacia mayor justicia, mayor libertad, pero no hacia esa libertad incontrolada del zorro en el gallinero. Esos derechos, cuyo programa recoge la Declaración Universal de 1948, son universales. Si se encuentran con alguien que no se beneficia de ellos, compadézcanlo y ayúdenlo a conquistarlos.
Dos visiones de la historia
Cuando intento comprender qué causó el fascismo, que provocó que fuéramos invadidos por él y por Vichy, me digo que los propietarios, con su egoísmo, tuvieron un miedo terrible a una revolución bolchevique. Se dejaron guiar por sus temores. Pero si, hoy como entonces, una minoría activa se rebela, será suficiente, tendremos la levadura que levante a la masa. Es cierto que la experiencia de alguien tan viejo como yo, nacido en 1917, es diferente a la de los jóvenes de hoy. A menudo les pido a los profesores de escuela que me permitan hablar frente a sus alumnos y les digo: “No tienen las mismas razones, tan evidentes, para comprometerse. Para nosotros, resistir era no aceptar la ocupación alemana, la derrota. Era relativamente simple. Simple como lo que siguió, la descolonización. Después llegó la guerra de Argelia. Era necesario que Argelia se independizase; era evidente. En cuanto a Stalin, todos nosotros aplaudimos la victoria del Ejército Rojo contra los nazis en 1943. Pero, desde que tuvimos noticia de los grandes procesos estalinistas de 1935, y aunque hacía falta tener un oído atento al comunismo para contrarrestar el capitalismo estadunidense, la necesidad de oponerse a esta forma insoportable de totalitarismo se impuso de forma muy clara. Mi larga vida me ha dado una sucesión de razones para indignarme.”

Stéphane Hessel en un evento público en Lyon. Foto: Koma White
Esas razones han nacido menos de una emoción que de una voluntad de comprometerme. Al joven normalien* que yo era lo marcó mucho Sartre, un condiscípulo mayor. La náusea, El muro, y no El ser y la nada, fueron muy importantes en la formación de mi pensamiento. Sartre nos enseñó a decirnos a nosotros mismos: “Son responsables en tanto que individuos.” Era un mensaje libertario. La responsabilidad del hombre que no puede encomendarse ni a un poder ni a un dios. Al contrario, debe comprometerse en nombre de su responsabilidad como persona humana. Cuando ingresé en la Escuela Normal de la calle de Ulm, en París, en 1939, entré como ferviente discípulo de Hegel y asistía al seminario de Maurice Merleau-Ponty. Su enseñanza exploraba la experiencia concreta, la del cuerpo y su relación con el sentido, gran singular frente al plural de los sentidos. Pero mi optimismo natural, que quiere que todo aquello que es deseable sea posible, me llevaba hacia Hegel. El hegelianismo interpreta que la larga historia de la humanidad tiene un sentido: es la libertad del hombre que progresa etapa por etapa. La historia está hecha de conflictos sucesivos, la aceptación de desafíos. La historia de las sociedades progresa y, al final, cuando el hombre ha conseguido su libertad completa, obtenemos el Estado democrático en su forma ideal.
Por supuesto, existe otra concepción de la historia. Los progresos alcanzados por la libertad, la competitividad, la carrera del “siempre más”, todo eso puede vivirse como un huracán destructor. Es así como representa la historia un amigo de mi padre, el hombre que compartió con él la labor de traducir al alemán En busca del tiempo perdido, de Marcel Proust: el filósofo alemán Walter Benjamin. Él sacó un mensaje pesimista de Angelus novus, un cuadro del pintor suizo Paul Klee, en el que la figura del ángel abre los brazos como si quisiera contener y ahuyentar una tempestad que él identifica con el progreso. Para Benjamin, quien se suicidó en septiembre de 1940 para huir del nazismo, el sentido de la historia es la marcha inevitable de catástrofe en catástrofe.
La indiferencia: la peor de las actitudes

En la acampada de Barcelona.
Foto: Julien Lagarde
Es cierto, las razones para indignarse pueden parecer hoy menos nítidas, o el mundo demasiado complejo. ¿Quién manda?, ¿quién decide? No siempre es fácil distinguir entre todas las corrientes que nos gobiernan. Ya no se trata de una pequeña elite cuyas artimañas comprendemos perfectamente. Es un mundo vasto y nos damos cuenta de que es interdependiente. Vivimos en una interconectividad como no ha existido jamás. Pero en este mundo hay cosas insoportables. Para verlo debemos observar bien, buscar. Yo les digo a los jóvenes: busquen un poco, van a encontrar. La peor actitud es la indiferencia; decir “yo paso, ya me las arreglaré”. Si se comportan así pierden uno de los componentes indispensables: la facultad de indignación y el compromiso que la sigue.
Ya podemos identificar dos nuevos grandes desafíos:
a) La inmensa distancia que existe entre los muy pobres y los muy ricos, que no deja de aumentar. Es una innovación de los siglos XX y XXI. Los que son muy pobres apenas ganan actualmente dos dólares por día. No podemos permitir que esta distancia siga creciendo. Esta constatación debe suscitar de por sí un compromiso.
b) Los derechos humanos y la situación del planeta. Después de la Liberación tuve la suerte de participar en la redacción de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada por la Organización de las Naciones Unidas el 10 de diciembre de 1948 en París, en el palacio de Chaillot. Fue bajo el cargo de jefe de Gabinete de Henri Laugier, secretario general adjunto de la ONU y secretario de la Comisión de Derechos Humanos, que participé, junto a otros, en la redacción de esta Declaración. No podría olvidar el papel que desempeñó en su elaboración René Bassin, comisario nacional de Justicia y Educación del gobierno de la Francia Libre en Londres, en 1941, que fue Premio Nobel de la Paz en 1968; ni el de Pierre Mendès France en el seno del Consejo Económico y Social, a quien enviábamos los textos que elaborábamos antes de ser examinados por la Tercera Comisión de la Asamblea General, que se encargaba de las cuestiones sociales, humanitarias y culturales. Formaban parte de ella los cincuenta y ocho Estados miembros, en la época, de las Naciones Unidas, y yo asumí el secretariado. Es a René Bassin a quien debemos el término de derechos “universales” y no “internacionales”, como proponían nuestros amigos anglosajones. Porque esta era la cuestión al salir de la segunda guerra mundial: emanciparse de las amenazas que el totalitarismo ha impuesto a la humanidad. Para ello, es necesario que los Estados miembros de la ONU se comprometan a respetar estos derechos universales. Es una forma de desbaratar el argumento de plena soberanía que un Estado puede hacer valer mientras comete crímenes contra la humanidad en su territorio. Este fue el caso de Hitler, que se creyó un dueño y señor autorizado a provocar un genocidio. La Declaración Universal le debe mucho a la reacción universal contra el nazismo, el fascismo, el totalitarismo e, incluso, por nuestra presencia, al espíritu de la Resistencia. Yo sentía que había que ir aprisa, que no podíamos dejarnos engañar por la hipocresía que había en la adhesión proclamada por los vencedores a unos valores que no todos tenían la intención de promover con lealtad, pero que nosotros intentábamos imponerles.

Indignados en Atenas, Grecia
No me resisto a citar el artículo 15 de la Declaración Universal de los Derechos Humanos: “Toda persona tiene derecho a una nacionalidad”, y el artículo 22: “Toda persona, como miembro de la sociedad, tiene derecho a la Seguridad Social, y a obtener, mediante el esfuerzo nacional y la cooperación internacional, habida cuenta de la organización y los recursos de cada Estado, la satisfacción de los derechos económicos, sociales y culturales indispensables para su dignidad y para el libre desarrollo de su personalidad.” Y aunque esta declaración tiene un alcance declarativo y no jurídico, ha desempeñado un papel muy importante desde 1948; hemos visto cómo hacían uso de ella los pueblos colonizados en sus luchas por la independencia; sembró los espíritus en su combate por la libertad.
Constato con satisfacción que, a lo largo de las últimas décadas, se han multiplicado las organizaciones no gubernamentales, los movimientos sociales como ATTAC (Asociación para la Fijación de Impuestos en las Transacciones Financieras), FIDH (Federación Internacional de Derechos Humanos), Amnistía…, que son activos y eficientes. Está claro que, para ser eficaz hoy en día, se debe actuar en red, aprovechar los medios modernos de comunicación.
A los jóvenes les digo: miren a su alrededor, encontrarán los hechos que justifiquen su indignación –el trato a los inmigrantes, a los sin papeles, a los gitanos. Encontrarán situaciones concretas que los llevarán a emprender una acción ciudadana fuerte. ¡Busquen y encontrarán!
Mi indignación a propósito de Palestina
Actualmente mi principal indignación concierne a Palestina, la franja de Gaza y Cisjordania. La fuente de mi indignación es el llamamiento lanzado por los israelíes valientes en la Diáspora: ustedes, nuestros antepasados, vengan a ver a dónde han llevado nuestros dirigentes a este país, olvidando los valores humanos fundamentales del judaísmo. Me desplacé hasta allá en 2002 y luego cinco veces más hasta 2009. Es absolutamente necesario leer el Informe Richard Goldstone sobre Gaza de septiembre de 2009, en el que este juez sudafricano, judío, que incluso se reconoce sionista, acusa al ejército israelí de haber cometido “actos asimilables a crímenes de guerra y quizás, en determinadas circunstancias, a crímenes contra la humanidad” durante la Operación Plomo Fundido, que duró tres semanas. En 2009 volví con mi mujer a Gaza –donde pudimos entrar gracias a nuestros pasaportes diplomáticos–, con el objetivo de evaluar con nuestros propios ojos lo que decía el Informe. La gente que nos acompañaba no fue autorizada a entrar en la franja de Gaza. Ni allí ni en Cisjordania. También visitamos los campos de refugiados palestinos creados en 1948 por la Agencia de las Naciones Unidas, la UNRWA, donde más de tres millones de palestinos expulsados de sus tierras por Israel esperan un regreso cada vez más problemático. En cuanto a Gaza, es una prisión a cielo abierto para un millón y medio de palestinos. Una prisión en la que se organizan para sobrevivir. Más que las destrucciones materiales, como la del hospital de la Media Luna Roja por la Operación Plomo Fundido, es el comportamiento de los gazatíes, su patriotismo, su amor por el mar y las playas, su constante preocupación por el bienestar de sus hijos, innumerables y risueños, lo que permanece en nuestra memoria. Nos impresionó su ingeniosa manera de hacer frente a todas las penurias que les son impuestas. Vimos cómo confeccionan ladrillos a falta de cemento para construir las miles de casas destruidas por los carros de combate. Nos confirmaron que, durante la Operación Plomo Fundido llevada a cabo por el ejército israelí, los muertos habían sido mil 400 –mujeres, niños y ancianos– en el lado palestino, frente a únicamente cincuenta heridos del lado israelí. Comparto las conclusiones del juez sudafricano. Que los propios judíos puedan perpetrar crímenes de guerra es insoportable. Desafortunadamente, la historia da pocos ejemplos de pueblos que saquen lecciones de su propia historia.

Indignados en Londres, Inglaterra
Lo sé: Hamas, que ganó las últimas elecciones legislativas, no ha podido evitar que se lancen cohetes a los pueblos israelíes en respuesta a la situación de aislamiento y bloqueo en la que se encuentran los gazatíes. Evidentemente pienso que el terrorismo es inaceptable, pero hay que admitir que, cuando un pueblo está ocupado con medios militares infinitamente superiores, la reacción popular no puede ser únicamente no violenta.
¿Le sirve de algo a Hamas enviar cohetes a la ciudad de Sdérot? La respuesta es no. No sirve a su causa, pero podemos explicar estos actos por la exasperación de los gazatíes. En la noción de exasperación hay que comprender la violencia como una lamentable conclusión de situaciones inaceptables para aquellos que las sufren. Entonces, podría decirse que el terrorismo es una forma de exasperación, y que esta exasperación es un término negativo. No deberíamos exasperarnos; deberíamos esperanzarnos. La exasperación es una negación de la esperanza. Es algo comprensible, casi diría que natural, pero precisamente por eso no es aceptable. Porque no permite obtener los resultados que puede eventualmente producir la esperanza.
La no violencia, el camino a seguir
Estoy convencido de que el porvenir pertenece a la no violencia, a la conciliación de las diferentes culturas. Es por esta vía que la humanidad deberá alcanzar su próxima etapa. Y aquí, coincido con Sartre, no podemos excusar a los terroristas que tiran bombas, pero podemos comprenderlos. Sartre escribe en 1947: “Reconozco que la violencia, cualquiera que sea la forma bajo la que se manifiesta, es un fracaso. Pero es un fracaso inevitable puesto que estamos en un mundo de violencia. Y si es cierto que el recurso a la violencia contra la violencia corre el riesgo de perpetuarla, también es verdad que es el único medio de detenerla.” A lo que yo añadiría que la no violencia es un medio más eficaz de detenerla. No podemos apoyar a terroristas tal y como lo hizo Sartre en nombre de este principio durante la guerra de Argelia, o en ocasión del atentado de los juegos de Munich, en 1972, cometido contra atletas israelíes. No es eficaz, y el propio Sartre acabó por interrogarse, al final de su vida, sobre el sentido del terrorismo y llegó a dudar de su razón de ser. Decir “la violencia no es eficaz” es harto más relevante que saber si se debe condenar o no a quienes se entregan a ella. El terrorismo no es eficaz. En la noción de eficacia es necesaria una esperanza no violenta. De existir una esperanza violenta, ésta se encuentra en la poesía de Guillaume Apollinaire: “Qué violenta es la esperanza”; pero no en política. En marzo de 1980, a tres semanas de su muerte, Sartre declaraba: “Hay que intentar explicar por qué el mundo actual, que es horrible, no es más que un momento en el largo desarrollo histórico, que la esperanza ha sido siempre una de las fuerzas dominantes de las revoluciones y de las insurrecciones, y cómo todavía siento la esperanza como mi concepción del porvenir.”
Hay que comprender que la violencia da la espalda a la esperanza. Hay que dotar a la esperanza de confianza, la confianza en la no violencia. Es el camino que debemos aprender a seguir. Tanto del lado de los opresores como de los oprimidos, hay que llegar a una negociación que haga desaparecer la opresión; eso es lo que permitirá que no haya violencia terrorista. Es por esta razón que no deberíamos acumular mucho odio.

Santa indignación, en las protestas estudiantiles
en Chile
El mensaje de un Mandela, de un Martin Luther King, encuentra toda su pertinencia en un mundo que ha sobrepasado la confrontación de las ideologías y el totalitarismo conquistador. Es un mensaje de esperanza relativo a la capacidad de las sociedades modernas para lograr la superación de los conflictos a través de una mutua comprensión y una atenta paciencia. Para conseguirlo hay que basarse en los derechos, cuya violación, cualquiera que sea el autor, debe provocar nuestra indignación. No cabe transigir respecto a estos derechos.
Por una insurrección pacífica
He constatado –y no soy el único– la reacción del gobierno israelí confrontado al hecho de que cada viernes los habitantes de la pequeña ciudad de Bil’in, en Cisjordania, van, sin lanzar piedras, sin usar fuerza alguna, hasta el muro contra el cual protestan. Las autoridades israelíes han calificado esta marcha de “terrorismo no violento”. No está mal. Hay que ser israelí para calificar de terrorista la no violencia. Tiene que resultar embarazosa la eficacia de una no violencia que tiende a suscitar apoyos, comprensión, la complicidad de todos aquellos que en el mundo son adversarios de la opresión.
El pensamiento productivista, auspiciado por Occidente, ha arrastrado al mundo a una crisis de la que hay que salir a través de una ruptura radical con la escapada hacia adelante del “siempre más”, en el dominio financiero pero también en el de las ciencias y las técnicas. Ya es hora de que la preocupación por la ética, por la justicia, por el equilibrio duradero prevalezcan. Puesto que los más graves riesgos nos amenazan. Y pueden llevar a su término la aventura humana en un planeta que podría volverse inhabitable para el hombre.
Pero no es menos cierto que se han hecho importantes progresos desde 1948: la descolonización, el final del apartheid, la destrucción del imperio soviético, la caída del Muro de Berlín. Por el contrario, la primera década del siglo XXI ha sido un período de retroceso. Este retroceso lo atribuyo en parte a la presidencia estadunidense de George Bush, al 11 de septiembre y a las desastrosas acciones que como consecuencia ha emprendido Estados Unidos, como esa intervención militar en Irak. Nos hemos encontrado con esta crisis económica, pero no hemos aprovechado la ocasión para iniciar una nueva política de desarrollo. De la misma manera, la cumbre de Copenhague contra el cambio climático no ha conducido al compromiso de una verdadera política para la preservación del planeta. Nos encontramos en un umbral, entre los horrores de la primera década y las posibilidades de las siguientes. Pero hay que tener confianza, no hay que perder la confianza nunca. El decenio anterior, el de 1990, fue el origen de grandes progresos. Las Naciones Unidas supieron convocar conferencias como la de Río sobre el medio ambiente, en 1992; la de Beijing sobre las mujeres, en 1995; en septiembre de 2000, a partir de la iniciativa del secretario general de las Naciones Unidas, Kofi Annan, los 191 países miembros adoptaron la declaración sobre los ocho Objetivos de Desarrollo del Milenio, a través del cual se comprometían a reducir la pobreza en el mundo a la mitad desde 2000 hasta 2015. Mi principal disgusto es que ni Obama ni la Unión Europea hayan propuesto una aportación para una fase constructiva apoyada en los valores fundamentales.
¿Cómo concluir esta llamada a la indignación? Acordándonos una vez más de que, en ocasión de los sesenta años del Consejo Nacional de la Resistencia, decíamos, el 8 de marzo de 2004, nosotros, los veteranos de los movimientos de resistencia y de las fuerzas combatientes de la Francia Libre (1940-1945), que ciertamente “el nazismo ha sido vencido, gracias al sacrificio de nuestros hermanos y hermanas de la Resistencia y de las Naciones Unidas contra la barbarie fascista. Pero esta amenaza no ha desaparecido totalmente y nuestra cólera respecto a la injusticia sigue intacta”.
No, esta amenaza no ha desaparecido del todo. De la misma manera, apelemos todavía a “una verdadera insurrección pacífica contra los medios de comunicación de masas que no proponen otro horizonte para nuestra juventud que el del consumo de masas, el desprecio hacia los más débiles y hacia la cultura, la amnesia generalizada y la competición a ultranza de todos contra todos”.
A aquellos que harán el siglo XXI les decimos, con todo nuestro afecto: “Crear es resistir. Resistir es crear.”
* Alumno de la Escuela Normal Superior de París, institución educativa de gran prestigio que en sus inicios formaba a los profesores de secundaria y que en la actualidad imparte másteres y estudios de doctorado. Se caracteriza por su espíritu interdisciplinario y su alto grado de exigencia. (N. del t.